La primera experiencia de discriminación que viví ligada al mundo del periodismo y la comunicación fue al expresar mi deseo al querer escribir para un periódico, la persona con la que estaba conversando respondió -sin meditar su respuesta: es una profesión para hombre, porque es demasiado peligrosa. No recuerdo exactamente la edad que tenía, estaba en 4to ó 5to año de secundaria, era una adolescente y hasta el día de hoy no había reflexionado sobre lo que esa frase caló en mí de manera negativa.