Bordando Memorias.
Este libro realizado en 2022 contiene la memoria y vivencias de las mujeres nicaragüenses, quienes desde sus vivencias existen y resisten con fuerza y alegría una dictadura hostil que las ha llevado a transformar sus vidas y sus sueños. Desde la vida cotidianidad hasta el activismo político este libro le pertenece a todas las mujeres que dejarón sus vivencias en él. Gracias a ellas y a todas las que luchan, bordamos la memoria de un pueblo que resiste.
Creando lazos y dejando hiladas las palabras de las mujeres nicaragüenses que resisten desde la alegría y la fuerza. Te invitamos a descargar este libro en el link de nuestro perfil 🔥⬇️

No musas es un poemario creado por mujeres de Nicaragua que con su arte resisten ante el sistema machista, patriarcal y violento que ha relegado a las mujeres a espacios de ‘musas’ o inspiración y les ha arrebatado el papel protagónico en el arte, que las ha obligado a firmar ‘anónimo’ cuando les prohibían crear o cuando se le ha sido señaladas y atacadas por los machos academicistas del arte.
No musas son palabras rebeldes y desobedientes.

Gracias a: Jandra Leytó, Lalemóvil, Andrea Palacios, Cheiri Vega, Concha Armas, S.M.K,
María Ruth Del Carmen, Ana Gabriela Padilla, Recuerdo Violeta, Karyval
Cervantina, Thais Xiu, Peyote.

La movilidad de nicaragüenses en Costa Rica es histórica, y las mujeres nos enfrentamos a un sinfín de desafíos, obstáculos y violaciones a derechos humanos.

¿Por qué lo utilizas? ¿Por qué luchas con este pañuelo? ¡Cuéntanos qué representa para vos!

Abril 2018 en Nicaragua fue el comienzo de una revolución a la que indudablemente la participación de la mujer fue y es de vital importancia; como mujeres feministas nuestra lucha es doble, pues, a pesar de estar unidos para un bien común – el cual es derrocar a la dictadura-, la violencia machista está presente en todos los espacios y siempre estamos luchando contra ella.

Las exigencias de las mujeres siguen siendo problemas de segundo plano para el imaginario colectivo, seguimos enfrentándonos a escenarios machistas y opresores. En medio de un caudal de exigencias ante la necesidad de formar una nueva revolución para Nicaragua – una pacífica e inclusiva y feminista – siempre aparecen conflictos propios de la sociedad patriarcal. 

A cómo dijo Juana Antonia Jiménez, abogada y feminista, “detrás del feminismo están las grandes revoluciones que queremos”; ésta es la que las mujeres queremos: una revolución que nos represente y nos incluya. Y luchamos por ella todos los días.  

Mientras que el hombre continúa acaparando las funciones que abren esa sociedad a la Naturaleza y al conjunto de la colectividad humana; los únicos trabajos dignos de él son la guerra, la caza, la pesca; conquista presas extranjeras y las anexiona a la tribu; guerra, caza y pesca representan una expansión de la existencia, su superación hacia el mundo; el varón sigue siendo la sola encarnación de la trascendencia. (Beauvoir, 1986 pág. 33).

En abril, las activistas feministas estuvimos en todas las trincheras, universidades en las calles, en los tranques, organizadas en los puestos médicos y aun así tenemos que seguir probando “nuestra participación” ante una sociedad que enaltece la muerte – nótese la cita superior de Simone de Beauvoir -; algo propio de una representación patriarcal donde el hombre representa la fuerza heroica, dónde todos sus pecados quedan perdonados al mostrar su fuerza y carácter sacrificando su vida.

Menciono lo anterior dado que siempre que decimos “La revolución será feminista o no será” se nos señala que la mayoría de los muertos han sido hombres, deslegitimando de esta manera todas las maneras de resistencia que hemos tenido las mujeres en ésta lucha.

¿Qué pasa cuando se defiende la postura feminista?

Cuando se asume una postura feminista en la lucha se denuncian todos los abusos de poder, todas las violencias, físicas, verbales y digitales, se reclama por justicia para las víctimas, se pide que se haga un cambio en las estructuras de poder, que se les den los puestos que se merecen a las mujeres que han estado trabajando desde el anonimato, pero, cuando se denuncia a los abusadores, las feministas somos tachadas de “separatistas, divisoras, locas”.

Asumir una postura feminista en una lucha política implica ser fuerte y ser sorora con todas las mujeres; incluso con las que nos atacan, pues, éstas han sido también moldeadas bajo el patriarcado. La historia que siempre ha sido contada por hombres trata de eliminar cualquier rastro heroico de mujeres y las utiliza como “musas”.

Una de las principales demandas fue la expulsión de abusadores de los espacios de organización y movimientos sociales, cuestión que no fue fácil y que fue posible después de varios meses de presión. Aún faltan muchos que expulsar.  

La necesidad de sustituir consignas misóginas como la popular “Que se rinda tu madre” y las descalificativas – las que se burlan del aspecto físico – como “sobaco peludo, te vas con el trompudo” (refiriéndose a la primera dama Rosario Murillo y Daniel Ortega) o el mismo “Patria libre o morir” por “Patria libre y vivir” fue una lucha que es necesaria para dar un nuevo rumbo a ésta revolución, y así no repetir los errores del pasado.

La lucha feminista contra esta dictadura no es de abril ni es desde el 2006 que Ortega ganó las elecciones; es desde siempre, desde – que en los 80s –  cuando posición de la mujer se hizo a un lado y se enalteció solo a hombres. 

La lucha feminista contra este estado patriarcal, capitalista y opresor no comenzó en abril, está presente desde 1998 cuando Zoilamérica Narváez – hijastra de Daniel Ortega (presidente actual de Nicaragua) – lo denunció por abuso sexual y desde que el presente gobierno penalizó el aborto en el 2006. Estamos desde muchos años atrás luchando por nuestros derechos porque la ley sea justa y no solo aquella que beneficia al opresor.

Es necesario reclamar los espacios, visibilizar la lucha de las mujeres y exigir nuestros derechos; no dejar la oportunidad de construir una sociedad que respete los derechos de las mujeres. “La revolución será feminista o no será” puede que sea una utopía pero es el camino que vamos a seguir por más que se nos tache de divisionistas, por más que se nos acuse de histéricas. 

No vamos a declinar y apostamos porque más mujeres se unan a ésta postura feminista para que podamos incidir en la toma de decisiones y en la construcción de una nueva sociedad donde la nueva Nicaragua sea un mejor país para las mujeres.

Escrito por: Peyote

Bibliografía.

Beauvoir, S. (1969) El segundo sexo. Buenos Aires. Siglo Veinte,
Traducción de Pablo Palant.

Entrevista personal. (s.f) Juana Antonia Jiménez Recuperado de: /2019/Cima noticiasMéxico/cimacnoticias.com.mx/etiqueta/juana-antonia-jim-nez-mart-nez.

#YoSoySubversiva | Acercarse al feminismo es acercarte a tu historia.

El autodescubrimiento duele y sana en una dualidad que toma tiempo comprender. Los símbolos, consignas y colores se combinan en nuestro trayecto. 

¿Recordás la primera vez que viste el pañuelo morado con buenos ojos? ¿Qué causó en vos al utilizarlo o notarlo en algún lugar? 

Te leemos. 💜✊🏾

Hebrea, estudiante feminista. Amante de los libros. 

 Ser feminista me ha hecho cuestionarme reiteradamente, chocas con el espejo del discurso y fortalecer mis percepciones personales. No fue hasta que desarrollé mayor conciencia en mis relaciones de noviazgo que puse en discusión: “¿Acaso estoy buscando en el/la otrx lo que me falta? ¿sigo siendo yo o me estoy convirtiendo en lo que mi pareja espera de mí? 

Con el tiempo, estas preguntas escalaron en la interiorización de mis pensamientos; pero, aun no calzaba las respuestas hasta que un día, en una clase, nos solicitaron destacar cualidades positivas y negativas nuestras. Las negativas fueron llenadas rápidamente, las positivas costó màs. Luego, me enteré que hacerme autocumplidos era difícil y no lograba realizar las paces con la chica en el espejo. 

Llegaba con estas interrogantes a mis parejas durante muchos años y les consultaba para “reconocer” en sus palabras mis propias virtudes. He ahí el punto. Me educaron para colocar el amor a otres en el centro de mi vida y mi satisfacción personal que, cuando me transportaba a un plano personal, mi autoestima dependía de que me quisieran y validaran mi existencia. 

Pero, ¿por qué no era feliz si derrochaba afecto a la gente? Tenía conceptos bastante idealistas sobre las relaciones interpersonales que me descuidaban bastante a mí misma y me auto exigía para cumplir con lo que querían de mí, sin escucharme ni darme pausas. El amor, ya sea entre amistades, familia o pareja, no debe agotar y hacerte dudar si estás
dando suficiente. 

Con el tiempo, me di cuenta que la vida no se disfruta entregándote a trocitos, sino, autoanalizándote y siendo consciente de cada paso que das para construir amores sanos, cuidados y agraciados. Ese amor soy yo. El màs grande amor está en esta piel que me cargo. 

Así que, les brindaré algunos consejos que he aprendido en este largo trayecto: 

Primero estas vos y tus necesidades para preservar una calidad de vida, siempre mantenlo en mente 
Haz ejercicios de palabras de afirmación que ayuden a fortalecer tu autoestima 
Sé amable con tu cuerpo y lo que te pide; un masaje, una cita médica, descanso, etc. 
Deconstruye tus expectativas y traza nuevos objetivos realizables en tus próximas relaciones interpersonales (de cualquier índole) 
Agradece por las cosas buenas y gestiona planes de contención emocional cuando sea requerido 

Espero que mi aprendizaje les sea de utilidad a las mujeres que buscaban un empujoncito para abrazarse a sí mismas y dedicarse todas las caricias, afectos y ternuras que ansiaban para otres cuerpos. Al fin comprendí que el amor siempre estuvo en mí. 

Detrás de barricadas, en puestos médicos, tomando calles y alzando voces –entre multitudes erráticas– nos encontramos las mujeres; cargando las mochilas y libretas con algún pañuelo esporádico o una pegatina subversiva desde espacios dentro y fuera de los recintos universitarios.

¿Cuántos objetos, productos, cremas, maquillajes necesitamos para ser bellas?

Por Karina Valvidia Aunque ser migrante, solicitante de refugio o refugia tiene explicaciones legales distintas, hay algo en común que acompaña la materialización de estos conceptos; es nuestro cuerpo y vida movilizándose del lugar donde habitábamos a otro territorio que se considera “El lugar de acogida”. Los motivos son diversos: de orden económico, por persecución