por Lucila Campbell
En el contexto tan violento que vivimos las nicaragüenses es importante tener consciencia del autocuido. Las Subversivas están realizando una campaña llamada “El autocuido es político” como respuesta a esta ola de violencia. Como parte de esa campaña se entrevistó a Martha Leonor González. Martha es poeta, escritora, periodista, docente y editora del sello editorial 400 Elefantes que ha producido libros como el de Daysi Zamora “Como te ve tu hombre: diccionario de bolsillo para mujeres”. Fue la directora de La Prensa Literaria del Diario La Prensa de Nicaragua y es autora de diversos libros como: “La Casa de Fuego”, “Palomas Equilibristas” y “Huérfana embravecida”.
¿Qué es para usted el autocuido y por qué es importante?
El concepto que yo tengo del autocuido –en relación a mi experiencia- es una protección de mi individualidad como mujer porque generalmente se nos educa para que estemos pendientes de otras personas y no para que estamos pendiente de nosotras. Entonces el autocuidado es para mí el amor propio, pero ese amor propio tiene que ir contigo día a día. No es que hoy amanecí con autoestima alta y me voy a autocuidar, pasar en un salón de belleza todo el día, no. Eso entra entre el cuidado personal, pero el autocuidado va desde aislarse de personas que son tóxicas para mí hasta cuidar de la alimentación.
En el contexto tan violento que vivimos las mujeres y las feministas en Nicaragua, incrementado a partir de 2018 y empeorado por la pandemia del COVID-19 ¿Usted cree que las mujeres en el país tienen consciencia del autocuido?
Creo que conciencia no así como el concepto de autocuido, pero siento que si algunas mujeres, en este caso mujeres jóvenes, mujeres universitarias sí se van replanteando el tema del autocuido. Sin embargo hace falta más educación en relación a esto porque igual, en los espacios públicos la mujer es violentada, acosada, abusada y deben de haber medidas de autoprotección entre nosotras, acuerparnos entre otras mujeres para empoderarnos y no estarnos tirando basuras la una a la otra por diferentes posiciones políticas incluso entre los movimientos feministas.
¿Para usted, la lucha feminista ayuda a las mujeres a adquirir consciencia del autocuido?
Claro que ayuda porque son mujeres organizadas con información que no tienen otras mujeres que no están en organizaciones. Sin embargo, las mujeres en movimientos feministas desde su visión que tienen más información y un análisis más claro de la realidad llevan estos discursos o estos pensamientos con más información a los sectores más vulnerables. Muchas mujeres no tienen una conciencia clara del autocuidado porque no tienen información ni un análisis y yo creo que organizadas y acuerpadas las unas en otras las cosas funcionarían mejor.
Para una mujer adulta como usted que tiene diversas roles laborales ¿Cómo cuida su salud mental y física?
Actualmente trato de tener una vida más tranquila, porque el periodismo genera estrés por eso lo trato de controlar cuando siento que ciertas situaciones me afectan. Relacionado al Covid-19 que nos ha afectado a todas y todos tanto en la salud física como mental trato de dosificar las noticias y también vivimos situaciones de estrés por el incremento de violencia hacia las mujeres por parte de las estructuras de gobierno, así que buscamos mecanismos de defensa para que esto no te afecte y evitar que esto te deprima porque eso trae consecuencias a nuestro sistema inmunológico, nos debilita y nos exponemos a ser atacados por el Covid-19, por una gripe, por cualquier enfermedad.
Usted labora en un sector que en su mayoría está dominado por hombres ¿Cómo se ha cuidado en este trabajo lleno de machismo?
En principio me he cuidado de no repetir modelos que ellos repiten. Me han tildado de rebelde, de odiosa, de ortodoxa, he tenido que gritar, golpear la mesa e incluso, actuar a veces como hombre, porque un sistema de dureza no lo puedes enfrentar con otro modelo.
Lamentablemente los medios de comunicación, sobre todo los de la parte de la farándula y familia están diseñados para gente blanca y los periódicos impresos están dirigidos para la “clase A”. Entonces, aunque el sector de los escritores se supone que es más avanzado, puedo decir que hay gente muy atrasada, sobre todo en el tema de la inclusión.
¿Cómo sobrelleva los efectos del estrés y la ansiedad de esta nueva modalidad virtual?
Para comenzar, a mí me encanta dar clases virtuales. Cuando empecé a dar clases (virtuales) me estresaba no poder compartir pantalla, pero era algo instantáneo y extrañaba mucho verle la cara y a los ojos (a las y los estudiantes). La virtualidad exige más tiempo de planificación a la hora de presentar producto y presentar la clase, pero yo lo disfruto. ¿Cómo enfrentó el estrés? creo que todo estudiante y docente estamos estresadas por la virtualidad, pero nos hemos acostumbrado y la única manera de enfrentar el estrés es conocer más sobre las plataformas con las que estamos trabajando.
¿Cómo sería el autocuido político desde su experiencia?
Cada caso de autocuido es personal. Debe ser personal. Nosotras tenemos que protegernos antes que a nadie, lo primero siempre seremos nosotras mismas. Debemos ubicarnos en espacios donde nos sintamos acuerpadas, evitar ciertas circunstancias que nos puedan comprometer ante la policía, sin embargo si lo podemos hacer, hagámoslo, no me cierro a esos espacios.
Con su experiencia ¿Qué recomendaciones les daría a las jóvenes?
Lo que yo le puedo decir a las mujeres jóvenes y también adultas es que utilicemos estrategias que nos permitan sobrevivir. En este tiempo no hay que exponernos demasiado, sobre todo en algunos sectores. También debemos de crear mecanismos de defensa para cuidarnos frente a un sistema de constante y permanente violencia y que no sabemos hasta dónde puede llegar este sistema actual.
En conclusión, puedo decir que nos educan para cuidar a los demás, pero no para cuidar de nosotras mismas. Nosotras somos la prioridad, primero yo, luego yo y por ultimo yo y eso lo deberían de enseñar desde la formación en el hogar.